sábado, 21 de enero de 2012

Hacen falta cuando dejan de estar ahí

©Walther Eberle

Cuando este hombre se ganaba la vida con la venta de periódicos, el no pudo imaginarse que este medio de distribución ya estaba en su fase inicial de cambios radicales. 

©Walther Eberle

Al doblar el hospital Padre Billini se encuentra esta pared blanca e ideal para la nueva expresión artística social, que empezó en Santo Domingo en los 80 y antes en el mundo entero. El hombre del primer plano, humilde y trabajador, no entiende que está pasando, no entiende este idioma y no entiende que se trata apenas del inicio de una revolución sin armas, aunque agresiva con sus medios ópticos.

©Walther Eberle

¿Quién no los conoce?  Dulce de leche, de coco, de cajuil, de no sé qué… La esposa los prepara, él los vende, los hijos ayudan. Hay días mejores y otros peores. Todo un ciclo de existencia. Miles de veces. Siempre atento y cortés. Algunos se quedan, otros no. Hacen falta cuando dejan de estar ahí. De un día a otro. La gente que pasa cada día se preguntan, tú sabes lo que pasó con tal y se dan cuenta que ni se acuerdan del nombre… queda un paquete del dulce en la nevera.

©Walther Eberle

Nadie sabe cuáles son los secretos que la Haitiana esconde en su canasta y lleva de casa a casa. Son hierbas y consejos, del pasado y del futuro. Entre mujeres, en confianza y a distancia a la vez. ¿Están caminando todavía o han dejado el negocio a los súper? ¿Las doñas, estarían ellas desorientadas?

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